FIN DE ANALISIS, PASE Y POSICIÓN
SUBJETIVA
“¿Acaso nuestra teoría no reclama para sí el título de
producir un estado que nunca
preexistió
de manera espontánea
en el interior del yo, y cuya
neo-creación
constituye la diferencia esencial
entre el hombre analizado y el
no analizado?
Sigmund
Freud. Análisis finito e infinito.
Lo
que voy a citar a continuación es un fragmento de la conferencia sobre “Lo Simbólico, lo Imaginario y lo Real, dictada por el Dr. Jacques Lacan,
en julio de 1953, en oportunidad de la fundación de la “Sociedad Francesa de Psicoanálisis”. Sociedad científica constituida por el grupo
disidente que se separa de la tutela de la “Sociedad Psicoanalítica de París”, adscripta esta última a la Asociación Internacional de Psicoanálisis. El grupo disidente estaba formado por: Daniel Lagache,
J. Lacan, F. Dolto, J. Favez-Boutonier y B. Reverchon-Jouve.
“Cuando expresamos al término de nuestra selección, todos los criterios
que se invocan (¿es necesaria la neurosis para hacer un buen analista? ¿un
poquito?¿mucho? ¿seguramente no, en absoluto? Pero al fin de cuentas ¿es eso lo
que nos guía en un juicio que ningún texto puede definir, y que nos hace
apreciar las cualidades personales de esta realidad?) podrían reducirse a esto:
¿ qué significa que un sujeto tenga pasta o no tenga pasta, que sea, como dicen
los chinos (she-un-ta) o un hombre de gran talla, o (sha-o-yen) o un hombre de
pequeña talla?. Es algo –es necesario decirlo- constituye lo límites de nuestra
experiencia. Es en este sentido que se puede decir para plantear la cuestión de
saber qué entra en juego en el análisis: ¿de qué se trata? Acaso de ese rapport
real del sujeto –a saber, según un cierto modo y según nuestras medidas de
reconocimiento-. ¿Es sobre eso que debemos trabajar en el análisis? Ciertamente
no. Se trata de otra cosa. Y he aquí la pregunta que nos planteamos sin cesar y
que se plantean todos los que intentan formular una teoría de la experiencia
analítica.
¿Qué es esa experiencia singular entre todas, que va aportar
transformaciones tan profundas a los sujetos. Y qué son tales transformaciones.
Y cuál es su resorte ?”.
Esta
cita permite introducir una temática problemática que es la del fin de análisis
por un lado y la del pase por otro. Problemática porque no hay una manera
estandarizada de finalizar un análisis, y sí diferentes versiones, ya de Freud,
ya de Lacan, al respecto.
Respecto
al pase porque plantea cuestiones tanto teóricas, como prácticas, e institucionales
y, por ende, políticas.
La
cita introductoria nos informa que Lacan desde muy temprano estaba interesado
en saber ¿qué es el psicoanálisis? y ¿qué es un analista? Esta pregunta la sostendrá hasta el
final de sus días. Respecto al fin de análisis aportará varias y diferentes
respuestas, algunas incluso aparentemente contradictorias.
Por
ejemplo en Función y campo de la palabra
del lenguaje en psicoanálisis, dice:
“...que la cuestión de la terminación del análisis es la del momento en
que la satisfacción del sujeto encuentra cómo realizarse en la satisfacción de
cada uno, es decir, de todos aquellos con los que se asocia en la realización
de una obra humana. Entre todas las que se proponen en el siglo, la obra del
psicoanalista es tal vez la más alta porque opera en él como mediadora entre el
hombre de la preocupación y el sujeto del saber absoluto.” “El final del
didáctico mismo no es separable de la entrada del sujeto en su práctica”.
En
este texto el fin de análisis esta en función de un sujeto pensado como
intersubjetividad.
En
la Dirección de la cura...dice:
“La función de este significante (falo) como tal en la búsqueda del
deseo es ciertamente, como Freud lo observó, la clave de lo que hay que saber
para terminar los análisis: y ningún artificio lo sustituirá para obtener este
fin”.
Queda claro aquí que el fin de análisis está en función del
significante falo.
Menciono
sólo algunos otros escritos: “...informe
de Daniel Lagache...”, “Subversión del sujeto”, “La proposición...”, y “L’
etourdit”.
Entre
los seminarios me detendré en el de acto, el XV. Seminario en el que la versión
castellana es poco fiable. Tanto por su traducción así como por el
establecimiento del texto.
Doy
un solo ejemplo: En la página 96, correspondiente a la clase VIII de 7/2/68
dice: “¿Qué quiere decir, para tomar las cosas como alguien como Piercé y
Charles Sanders...?”
Acaso
el traductor...., o quien establació el texto ¿no se dio cuenta que después
Lacan desarrolla el cuadrilatero de Peirce?
Acaso
¿habría que agregarle que Charles Sanders Peirce fue el fundador de la
semiótica, que el concepto de signo desarrollado por él esta más cercano al
significante de Lacan que el signo de Saussure? Seguramente diría con un gesto
de horror frente a la herejía, pero ¿de qué está usted hablando?
Dejemos
a este supuesto dogmático lacaniano y pasemos nuevamente al tema que nos
convoca.
En
el seminario del acto analítico Lacan plantea la pregunta:
¿Qué es ese sujeto
antes y después de ese salto presuntamente realizado?
Salto
de analizante a analista.
Este
salto que se produce después del fin de análisis-entendido
como atravesamiento del fantasma, identificación al síntoma y saber hacer con
el“sinthoma”-
y ese pase producen algo nuevo, una nueva posición subjetiva
llamada: analista.
Considero
en este sentido que Lacan radicaliza las posiciones freudianas. En Freud hay
algo absolutamente nuevo que aporta el psicoanálisis y es la función del
psicoanalista.
En
lo que respecta al fin de análisis en Freud hay, en términos generales, un
callejón sin salida, una impasse. Pero
cuando hablamos de esto no debemos olvidar que Freud se refiere a la posición
subjetiva frente a la castración, es más, al final del texto dice que la
elección de la posición frente a la castración está en el sujeto, la cita :
“Nos consolamos con la seguridad de haber ofrecido al analizado toda la
incitación posible para reexaminar y variar su actitud frente a él”.
En Lacan encontramos el pase como la condición para una nueva posición subjetiva: la llamada analista.
Considero que esta es la gran tesis de Lacan
respecto del pase.
Entonces
el hay fin de análisis, por
atravesamiento del fantasma y por identificación al síntoma, y un saber hacer
con el “sinthoma”, es la condición para el salto a la posición subjetiva de
analista.
Esto
implica una transformación a verificar en la experiencia y que engendra un
deseo nuevo llamado deseo de saber. Esto significa una modificación en relación
al neurótico.
La
posición del neurótico es un “yo no sabia”,
y también “no quiere saber (en el sentido de la represión) nada...de su
goce” .
Entiendo
que el deseo de saber, y el saber que se adquiere después del pase es un saber
en este sentido.
Una
experiencia respecto de los límites del saber, un respeto por lo no sabido, una
elaboración, durcharbeitung dice Freud, del saber.
Podríamos
decir un sujeto libre de las presiones del Otro. Entonces el pase separa del Otro, al menos
por un tiempo. Implica la posibilidad de testimoniar
respecto a la trayectoria que llevó al
cambio y también a hacer aparecer el mecanismo del cambio. En términos de Freud
hacer la experiencia de la existencia de lo inconciente, a través de la
emergencia de lo reprimido.
En
términos de Lacan que el inconciente diga porqué.
Por
último quiero mencionar el duelo del pase.
Es
un duelo programado desde el dispositivo analítico, desde la dirección de la
cura, que lleva al sujeto a descubrir el universal de la castración.
Desde
ya aclaro que esto no significa que el sujeto llegue a un punto donde devendría
incurable, es decir alguien que ya no necesite pasar por otro análisis.
No
se trata de un alta, como los que otorgaba en una época la APA, que eran, algo
así, como certificados de Salud Mental.
De
ninguna manera, pues este salto a lo nuevo le permite al sujeto tener algunas
claves, algunas llaves de su división, pero de ninguna manera funciona como una
vacuna o como una profilaxis, y esto ya lo ha planteado Freud en el texto
mencionado en el epígrafe.
Por
último este sujeto es una dificultad para el grupo, las características mencionadas
hacen que este sujeto no contribuye a generar un efecto de “engrudo”, una
tendencia a construir espíritu de cuerpo.
Esto
genera preguntas respecto al aspecto institucional del pase y a las
instituciones psicoanalíticas. No voy a desarrollar este punto sino que lo
menciono como uno posible para ser discutido, sin embargo me gustaría recordar
lo que dice Lacan en la disolución (18/3/80): "que cada uno ponga lo suyo. Vamos reúnanse,
encólense juntos el tiempo que haga falta para hacer algo, y luego disuélvanse
para hacer otra cosa".
Claudio R. Boyé